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Una ley insostenible de economía sostenible

Vistas las reacciones al anuncio de la nueva Ley de Economía Sostenible parece claro que resulta una propuesta insostenible para la mayoría de los entendidos en la materia.

El rechazo de la prensa ha sido prácticamente unánime. Y la opinión de los expertos no es mucho más favorable.

Pese a esa reacción negativa, es altamente improbable que el Gobierno decida dar marcha atrás en su propósito ya que, por ahora, es su única apuesta de calado (aunque de escasa profundidad) frente a la crisis que nos invade.

Pero eso no restará ni un ápice de validez a las muchas y razonadas críticas que se le han hecho, ni hará tampoco que todos los problemas de nuestra economía se solventen como por arte de magia.

Nota: Se puede consultar un resumen del Anteproyecto de Ley de Economía sostenible en pdf aquí.

Otro palo de The Economist a Zapatero

Zapatero afirmó este martes durante unas jornadas organizadas en Madrid por The Economist que España ya está saliendo de la crisis aunque no se note mucho.

Parece ser que nuestro presidente no convenció a los sesudos expertos del prestigioso semanario económico porque en su último número, que acaba de salir hoy, le lanza un buen varapalo a él y a su política. Consideran que hace gala de un excesivo optimismo dada la situación económica que atraviesa nuestro país.

La verdad es que son críticas faltas de originalidad porque están en la cabeza de cualquiera que tenga dos dedos de frente, pero es siginificativa la saña con que se vuelven a emplear con nuestro mandatario y su política económica.

En julio de 2008, por ejemplo, ya le dieron un buen repaso y le pintaron de esta guisa.

Ahora vuelve a criticar la falta de medidas radicales que ayuden a combatir el paro y a recuperar el pulso económico y considera que la nueva ley de economía sostenible que aprobará este viernes el Consejo de Ministros es poco más que un brindis al sol cargado de buenas intenciones pero de una efectividad más que dudosa. Razón no le falta.

Solchaga apoya la subida de impuestos

Si hay que recortar el déficit fiscal (la diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta el estado), no más alternativa que la subida de impuestos. Es la opinión que ha manifestado esta mañana el ex ministro socialista Carlos Solchaga durante un encuentro con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en Madrid.

A pesar que se ha mostrado más bien optimista sobre la evolución de la economía española -«vamos a salir de la crisis igual que el resto de países, como mucho tres o cuatro meses más tarde», ha dicho convencido- Solchaga ha advertido que, viendo la evolución del gasto público y la extrema rigidez de los Presupuestos del Estado, sólo queda aumentar los impuestos.

Otras medidas como la austeridad que piden los empresarios desde la CEOE o el incremento de la lucha contra el fraude que reclaman los sindicatos son en su opinión «voluntaristas» porque no significarían en ningún caso un aumento importante de los ingresos.

Tampoco está muy convencido que con ese aumento de la presión fiscal el Gobierno sea capaz de ingresar los 15.000 millones de euros que se propone. Pero si a ello se le une la anunciada retirada de la subvención de 400 euros, se acercará más a ese objetivo.

El ex ministro sólo ha lamentado «la falta de decisión» del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero a la hora de plantear la reforma fiscal y la falta de concreción de las medidas. Si no lo tiene claro, que no hablen de ello, ha venido a decir, y que nos lo concreten en su momento en el proyecto de ley de Presupuestos.

Entre los impuestos que se verán afectados por la subida prevista, ve claramente que el IVA -excluyendo el tipo superreducido del 4%- deber ser uno de ellos aunque ni el Gobierno, ni los empresarios ni los sindicatos lo acaban de ver claro. Pero es el único en el que hay un cierto margen, dice Solchaga, porque está por debajo de los niveles de otros países de nuestro entorno.

El ex político, que trabaja ahora en el sector privado desde su despacho Solchaga Recio & asociados, ha basado su optimismo en las pequeñas noticias que van apareciendo diariamente y que dejan entrever «algún brote verde» en el horizonte.

A su vez, ha criticado que la prensa (o una parte de ella) parece empeñada en hacer «titulares gordos» y catastrofismo incluso a partir de informaciones o datos que pueden tener una lectura positiva.

Sólo ha admitido un punto negro en todo el panorama económico: el paro, que crece en España mucho más de lo que lo hace en los países de su entorno que también están sufriendo la crisis.

Por eso reclamó que el pacto social que desde muchos sectores se pide debería centrarse en la reforma del mercado de trabajo, pero «no para hacer el despido libre» ni para llegar a acuerdos superficiales, «o como díria un amigo mío, para cambiar el color del mono de los trabajadores».

Un año sin Lehman Brothers

Hoy se cumple el primer aniversario de la caída del banco de inversión Lehman Brothers, uno de los gigantes de Wall Street, por culpa de la crisis financiera desencadenada en EE UU por las hipotecas basura en verano de 2007. Fue el castigo ejemplar (hasta nuevo aviso) de una forma de hacer negocios que nos ha llevado a la mayor recesión económica de la historia.

De lo mucho que se ha escrito estos días recordando aquel domingo, 14 de septiembre de 2008, la mayor parte sesudos análisis de por qué paso lo que pasó y por qué nadie fue capaz de prevenirlo, me gustaría destacar el cuestionario que el colega Íñigo de Barrón planteaba este domingo en el cuaderno Negocios de El País a los presidentes del Santander, BBVA, la Caixa y el Popular.

La primera pregunta era precisamente «¿Dónde estaba y cómo se enteró de la caída de Lehman?»

Emilio Botín (Santander): Los rumores fueron continuos a lo largo de la tarde y estuve en permanente contacto con el consejero delegado y con varios directivos del banco en España y Estados Unidos. A última hora de la noche, había la convicción de que Barclays se quedaría Lehman, posibilidad que se desvaneció en la madrugada.

Francisco González (BBVA): La confirmación final de la quiebra de Lehman la tuve a las 6.45 de la mañana del lunes, todavía en mi casa, cuando vi la información de la CNN.

Isidro Fainé (la Caixa): Recuerdo que era un lunes y acababa de llegar a la Caixa cuando me dieron la noticia de la quiebra de Lehman Brothers.

Ángel Ron (Banco Popular): Estaba trabajando aquel domingo por la tarde en mi casa, cuando a través de Internet me enteré de la quiebra de Lehman. Minutos más tarde la noticia estaba en las televisiones.

A partir de esas respuestas uno llega a la conclusión de que la mayoría de ellos -con la excepción del máximo directivo del Popular- respetan el descanso dominical incluso en momentos de máxima incertidumbre para su negocio, pues sorprende que no se enteraran de la caída de Lehman hasta bien entrada la noche o al día siguiente.

La crisis en versión catastrófica

Una de las mayores satisfacciones de los que nos dedicamos a esto de los blogs es comprobar el mayor o menor interés que despertamos en los lectores, a veces incluso a favor, y que quedan patentes a través de sus comentarios.

En algunas ocasiones, incluso recibimos mensajes cargados de sentido común con informaciones complementarias a lo que contamos. Este es el caso de un correo bastante extenso que recibí el 26 de agosto de un lector llamado Sergio, y que leí con mucho atención, sobre la posible duración de la crisis económica que estamos viviendo.

En su momento decidí aplazar cualquier comentario sobre el tema para más adelante con el objetivo de no caer en la insistencia monotemática de la dichosa crisis y no aburrir (más aún?) a la concurrencia.

El hecho es que ese mismo lector me acaba de enviar un correo con toda razón en la que me echa encara mi falta de atención hacia él, e incluso pone en duda mi valentía para hablar del tema.

Nada más lejos de la realidad. No tengo ningún problema en hablar de ello, y además creo que será mejor que lean directamente lo que Sergio me acaba de enviar -en versión íntegra- porque en esta ocasión además presenta su mensaje en una versión más reducida:

Parece que no ha tenido valor de publicar algo sobre lo que le propuse. Pero me trae sin cuidado, es decision suya, simplemente le digo que tarde o temprano se sabrá.

Yo le proponía que escribiera algo acerca de eso para que mas gente se quite la venda de los ojos y se prepare ante lo que viene y que tome responsabilidades en su vida en todos los sentidos.

Si ha pasado pasa y pasará, lo que viene sólo es porque la gente ha dejado que esto ocurra también. Y cuando digo gente, me refiero a todo el mundo en mayor o menor medida. Si no se acuerda de mi mail revise mi direccion . Si lo borró , me reitero ,esta vez mas escueto:

Vea el documental El dinero es deuda y compruebe como Harry S. Dent Jr escribió en su libro The great boom ahead (1993) que «the next great booom will be from 2008 to 2023». O sea, que empezaría en 2008 y acabaría en 2023.

Lea algo de Santiago Niño Becerra. En concreto el articulo de enero de 2006 en lacartadelabolsa.com advirtiendo del futuro Crash de verdad en 2010, también publicado en mayo de 2006 en la version impresa de ABC.

También sus cuadros de previsiones de paro y caída del PIB, su libro El Crash del 2010, o el libro de Harry S. Dent de este año titulado The Great Depression Ahead: la gran depresión que viene, prediciendo también el crash definitivo a lo largo de 2010.

Sé que es un riesgo comentar algo así en su blog, pero a veces quien no arriesga …no gana. Y no me refiero con ganar algo material o prestigio en exclusiva, sino con ganar paz interior. Ahora bien si no ve por lo que arriesgarse, evidentemente, no lo hará. Mejor dicho: si no quiere ver…

Para terminar quisiera agradecerle sus comentarios en su blog y decirle que haga lo que haga le respetaré, pero si se decide a ver y leer lo que le he propuesto quizá entienda mi insistencia.

De verdad, Sergio, mis disculpas y muchas gracias.

Y gracias también a todos los que se asoman a esta ventana para echar un vistazo a lo que, con menos frecuencia de lo que me gustaría, escribo.

La banca acapara los brotes verdes

La banca parece haber recobrado el pulso sólo once meses después de la quiebra de Lehman Brothers, que causó el pánico en el sistema financiero mundial y nos precipitó a todos en la más profunda crisis económica que se ha vivido desde los años treinta.

Los 15 mayores bancos del mundo han ganado el terreno perdido y han recuperado el valor que tenían en Bolsa antes del batacazo, según cuenta hoy El País. Una recuperación espectacular que se explica sobretodo por las multibillonarias ayudas que los Estados han concedido a los banqueros.

En España, el Santander y el BBVA han seguido un ritmo parecido y su recuperación bursátil es en buena medida la culpable de los importantes crecimientos del Ibex-35. Además han demostrado la fortaleza suficiente incluso para afrontar compras en el exterior.

Es decir. Brotes verdes, sí, pero circunscritos a un sector de la actividad económica cuyo rechazo persistente a la concesión de préstamos ha puesto en apuros a todo el tejido productivo del país.

Por muchas excusas que pongan los banqueros, lo cierto es que su actuación ha llevado al borde del colapso a muchos pequeños y medianos negocios rantables y con garantías que, a pesar de ello, no encontraban la liquidez necesaria para sobrevivir.

Desgraciadamente, los expertos avisan de que esa recuperación de la banca no se traducirá en un cambio de actitud radical de bancos y cajas en su resistencia a abrir el grifo del crédito. Si la economía no mejora notablemente, será difñicil que cambien de actitud pese a los efectos positivos que han experimentado gracias al dinero de los contribuyentes que los Gobiernos han puesto en sus manos.

Tres letras para salir de la crisis: U-V-W

Los expertos parecen coincidir en que antes de final de este año veremos algunos indicios serios de que empezamos a salir de la dichosa crisis, aunque ni de lejos la habremos superado totalmente porque -avisan- los escasos e incipientes «brotes verdes» siguen estando rodeados de demasiadas malas hierbas.

La duda que se plantea ahora mismo es cómo será esa salida:
rápida (en forma de V) con un crecimiento alto y sostenido tras haber tocado fondo
lenta (en forma de U) con algunos (o bastantes) meses aún de dificultades económicas y una lenta y progresiva recuperación
con un rebote (en forma de W) que supondría una aparente mejora inmediata de la situación para volver a caer nuevamente al cabo de unos meses y tener que esperar de nuevo para recuperarse

Peridis, en El País del 24-05-2009

Por ahora, la hipótesis que parece tener más defensores es la de la recuperación en forma de U. Hoy mismo, en el Financial Times, publica un artículo recogido por Expansión que ofrece argumentos contundentes sobre ello.

1. El empleo sigue cayendo drásticamente en EEUU y en otros países: en las economías avanzadas, el índice de desempleo superará el 10% en 2010.

2. Las pérdidas de las instituciones financieras se han socializado. Esto limita la capacidad de prestar de los bancos, de gastar de los hogares y de invertir de las empresas.

3. Los consumidores necesitan reducir el gasto y aumentar el ahorro; los endeudados consumidores se enfrentan a la caída del precio de la vivienda y de los mercados de valores, de sus ingresos y del empleo.

4. El sistema financiero, a pesar de las medidas adoptadas, sigue estando sumamente deteriorado. .

5. La baja rentabilidad limitará la disposición de las empresas a producir, contratar personal e invertir.

6. El aumento de los grandes déficit fiscales amenaza con desplazar la recuperación del gasto del sector privado.

7. Si la demanda interna no crece a un ritmo suficientemente rápido, la recuperación del crecimiento global será más débil.

Por si esas razones no fueran suficientes, hay dos más que pueden empeorar las cosas (y cambiar la aparentemente inevitable U por una recesión de doble fondo, en forma de W).

8. Las rebajas de tipos y el aumento del gasto público para salir de la crisis tienen difícil arreglo. Si se aumentan los impuestos (como se ha anunciado en España) y se recorta el gasto y se frenará la recuperación. Pero si los Estados mantienen grandes déficit presupuestarios, tendrán que pagar más a los compradores de esa deuda.

9. Los precios del petróleo, la energía y la alimentación que ya crecen por encima de lo que el mercado aconsejaría podrían subir más por culpa de la especulación.

A pesar de todo, hay que ser optimistas. Aunque no sepamos exactamente cómo será la salida, estamos consiguiendo limitar esa incertidumbre que ha hecho casi tanto daño como la propia crisis.

Claro que las autoridades y los agentes sociales y económicos deberán de ponerse las pilas más de lo que lo han hecho hasta ahora para que eso sea una realidad más pronto que tarde.

El fondo local para el empleo funciona: una buena mala noticia

El Gobierno se ha mostrado satisfecho por los teóricamente buenos resultados que el Fondo de Inversión Local está teniendo para frenar la caída del empleo provocada por la crisis.

Los datos oficiales apuntan a que se han creado cerca de 400.000 empleos gracias a los casi 5.000 millones de euros que el Estado ha invertido en obras de todo tipo en más de 7.500 municipios españoles.

Este es el comunicado que ha hecho público la vicepresidenca primera del Gobierno donde se dan los principales datos.

(Por cierto, hay que tener mal gusto para tener un diseño gráfico tan espantoso)

Pero lo que parece una buena noticia, podría ser mala. Lo que no dice el comunicado, porque tampoco está para eso, es qué pasará cuando el Gobierno deje de poner dinero para mantener esos empleos a flote en medio del temporal. Y sólo hay que aplicar la lógica: si gracias a 5.000 millones subsisten 400.000 empleos, cuando no estén esos millones…

Y por último, y lo más preocupante del caso, es que gran parte de ese dinero se ha invertido en obras pequeñas y medianas, muchas de las cuales ni tan siquiera eran necesarias ni prioritarias. Evidentemente, lo han pasado a ser cuando el objetivo principal del Ejecutivo ha sido frenar el paro.

El problema es precisamente que, como decían los aristotélicos, cuando cesa la causa, cesa el efecto: o sea, sin dinero, no hay empleo. Lo que necesita la economía española es una seria reflexión sobre su modelo productivo más allá de las palabras y de las declaraciones de intenciones.

El dinero público debería destinarse a favorecer un cambio de modelo que nos fortalezca y que haga menos sensible nuestro tejido productivo (o sea a los trabajadores) a los vaivenes de los ciclos económicos.

No hay que ir muy lejos, países como Alemania son un ejemplo porque con más crisis y menos crecimiento, destruyen menos puestos de trabajo.

Cristiano Ronaldo, crack económico

Llevamos ya tres días de curso financiero en Santander y si hay un protagonista absoluto de estas jornadas no son ni la vicepresidenta económica, ni el presidente del BCE, ni cualquier otro dirigente económico, el protagonista es Cristiano Ronaldo.

Todos y cada uno de los oradores del curso, la mayoría banqueros, han tenido que responder alguna pregunta relacionada con la nueva estrella madridista, que le han costado a Florentino Pérez 94 millones de euros y un alud de críticas, inlcuido algún arzobispo (toda una contradicción tratándose de alguien llamado ‘Cristiano’).

Por motivos obvios, el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, han tenido que dar explicaciones de cómo le conceden un préstamo de 75 millones por barba al club blanco justo cuando se critica las restricciones al crédito que bancos y cajas han impuesto a sus clientes.

El mensaje de ambos ha sido claro: se trata de una simple operación financiera porque el negocio de los bancos -dicen- es prestar dinero a quien se supone que lo va a devolver. Y esperan que el Real Madrid lo haga. Faltaría más.

Incluso el director general de la Caixa, Juan María Nin, ha tenido que negar por activa, pasiva, perifrástica y yuxtapuesta que su entidad haya acometido nunca una operación similar. Eso sí, como buen barcelonista confeso, ha mostrado su alegría porque la contratación de CR7 contirbuirá a elevar el nivel competitivo de la Liga española.

La banca teme al rescate del Gobierno

Si ayer fue día de ‘zombies’ aquí en Santander, hoy nos hemos movido más entre fantasmas, y muy especialmente entre el fantasma del temor de la gran banca española a que la intervencion pública para el rescate de entidades en crisis tenga efectos negativos sobre la competencia.

Como ya hizo ayer el presidente del BBVA, Francisco González, en un curso de la UIMP y la APIE sobre la crisis, esta mañana el presidente del Banco Popular, Angel Ron, ha advertido sobre el papel que el Estado debe jugar ante la «reestructuración por el exceso de capacidad instalada» que vivirá el sector financiero español.

En la misma línea, el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, apuntó que el Estado debería proporcionar fondos públicos únicamente a aquellas entidades que tengan garantizada su viabilidad. Rodríguez Inciarte añadió que quedan a la espera de que el Gobierno ponga letra al fondo de rescate que está preparando, pero que por ahora la música les suena bien.

Uno y otro, como también hizo González, han señalado los efectos perversos de las ayudas de los Gobiernos europeos a las entidades de sus países porque han propiciado una «competencia desleal». Ahora piden que la intervención del Ejecutivo español no tenga las mismas consecuencias perniciosas en nuestro país.